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Aguardiente, Licor de hierbas y Licor café BOCABAJO Castrobrey
Nuestra bodega está situada en la Ribera del río Ulla, en tierra de modestos cosecheros, pero de gran tradición de aguardenteiros, donde entrado el otoño, los vistosos alambiques de cobre, convierten el inerte bagazo de la uva, en orujos y licores, que atemperan los fríos matinales del invierno.
photo: sole felloza
Se utilizan uvas de nuestros viñedos dentro de la Subzona del Ulla, cuya pulpa de esta uva, una vez obtenido el mosto, es la materia prima fundamental de nuestros aguardientes (bagazo).
El bagazo es conservado en depósitos especiales “tambuchos” donde se produce un proceso de fermentación natural. Una vez fermentado se procede a la destilación en los tradicionales alambiques de cobre, donde se calienta a fuego lento), y se produce la condensación de los alcoholes, hasta hacerlos circular por un serpentín bañado por agua fría, cuyo resultado es el aguardiente.
Los primeros vapores (denominados cabezas) se desechan, y la siguiente fase produce los corazones, la parte destinada a nuestros aguardientes. Este es conocido como "agua de vida", utilizado en tiempos como espíritu mágico para curar y alejar males. Hoy nuestro aguardiente se han convertido en un destilado con muchos reconocimientos.
Las uvas que utilizamos, se produce en unas particulares condiciones climáticas y edafológicas, que le dan a los orujos un bouquet inconfundible, y un aroma que recuerda a alguna de las flores y hierbas de Galicia.
El aguardiente se debe servir, en copa de vidrio frío, cristal fino, ligeramente panzuda y con boca estrecha, y a una temperatura de 8 a 12ºC en orujos jóvenes.
Los primeros vapores (denominados cabezas) se desechan, y la siguiente fase produce los corazones, la parte destinada a nuestros aguardientes. Este es conocido como "agua de vida", utilizado en tiempos como espíritu mágico para curar y alejar males. Hoy nuestro aguardiente se han convertido en un destilado con muchos reconocimientos.
Las uvas que utilizamos, se produce en unas particulares condiciones climáticas y edafológicas, que le dan a los orujos un bouquet inconfundible, y un aroma que recuerda a alguna de las flores y hierbas de Galicia.
El aguardiente se debe servir, en copa de vidrio frío, cristal fino, ligeramente panzuda y con boca estrecha, y a una temperatura de 8 a 12ºC en orujos jóvenes.